Proceso ‘flash’ para extraer grafeno de desechos alimenticios y plásticos.
De esta forma, se obtiene de esta manera pequeña partículas de grafeno que, tal como aseguran desde la universidad, “eliminan gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, que los desechos de los alimentos habrían emitido en los vertederos”.
Además, los investigadores destacan que esas partículas de grafeno flash se pueden añadir a cemento usado para producir hormigón, con lo que se consigue reducir la cantidad de CO2 que se genera en la producción de este material fundamental para la construcción.
James Tour, uno de los investigadores del proyecto, asegura que con una concentración de tan solo 0,1% de este grafeno flash en el cemento para crear nuevo hormigón “podría disminuir en un tercio su impacto ambiental masivo”. En este sentido, explica que “al fortalecer el hormigón con grafeno se necesitaría usar menos en las construcciones y, además, costaría menos fabricarlo y transportarlo”.
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