El refuerzo textil del hormigón (textil reinforced concrete, TRC) hace referencia al uso de mallas de diversas características como sustituto parcial o total del armado convencional con barras de acero. Estas mallas pueden ser rígidas o flexibles, pueden configurarse según diversos diseños, con distintas luces, y estar fabricadas con distintos materiales. La posibilidad más ventajosa en este sentido es el refuerzo con mallas de material compuesto de una matriz polimérica y fibras, que a su vez pueden ser distintos materiales como vidrio, basalto, carbono, biobasados… Utilizando este tipo de materiales, se evitan problemas de corrosión asociados al uso de armado metálico.
La principal ventaja del uso de este tipo de refuerzos es la posibilidad de producir elementos de hormigón muy delgados, ya que las mallas tienen un espesor muy reducido y, si no son de acero, requieren de muy poco recubrimiento para garantizar su durabilidad. La fabricación de elementos de hormigón muy delgados tiene ventajas técnicas, económicas y medioambientales. Por un lado, ocupan menos superficie y espacio, reduciendo los impactos relacionados con su transporte. Por otro lado, son más ligeros y manejables y por lo tanto más seguros. En definitiva, el uso de elementos de hormigón reforzados con textil contribuye al desarrollo de la construcción industrializada y a la reducción de la huella de carbono en el sector.
Algunos ejemplos de aplicaciones concretas del hormigón reforzado con textil son los paneles macizos, los paneles sándwich con piel de hormigón, los pavimentos, tuberías, tanques y otras estructuras curvas y alabeadas. Además, el hormigón reforzado con textiles de elevada resistencia puede utilizarse para mejorar la resistencia de las estructuras al impacto y otras condiciones dinámicas, así como al sismo.
A pesar de todas las ventajas y aplicaciones potenciales que hemos comentado, se trata todavía de una tecnología en desarrollo y tanto las experiencias en obra como las referencias en la normativa a este producto son muy escasas.
Por esto, desde CTCON hemos apostado decididamente por esta línea de investigación y ya hemos empezado a realizar pruebas a escala de laboratorio. Además, esperamos poder emprender nuevos proyectos a corto plazo que permitan comprobar su viabilidad a escala real.
