De esta manera, las empresas buscan dar una segunda vida a esos residuos y así reducir los costes de su gestión y los de compra de materias primas, a la vez que crean un impacto positivo social y medioambiental.
“Cuando una empresa introduce un residuo en recircular, el sistema le informa sobre las oportunidades de reutilización y calcula la transacción óptima en base a indicadores sociales, ambientales y económicos”, explica Patricia Astrain, al frente del proyecto. “Posteriormente, conectamos automáticamente a los generadores con los potenciales consumidores para promover que las transacciones se realicen”.