ECOncrete será el “hormigón ecológico” que se empleará en la remodelación del dique exterior del Puerto de Cala Rajada (Mallorca), obras que ya se han iniciado y que tienen como objetivo reforzar este elemento para soportar la subida del nivel del mar que puede acarrear el cambio climático. Esta es la primera vez en España en la que el pliego de licitación de una obra en una infraestructura marina exige medidas compensatorias como la utilización del citado “hormigón ecológico”, junto con otras más tradicionales como la plantación de posidonia.
La empresa Melchor Mascaró (con la colaboración técnica del Grupo RUBAU), que se adjudicó el concurso para la ejecución de estas obras, firmó recientemente el acuerdo con la start-up israelí ECOncrete, que ha desarrollado una solución para conseguir que el hormigón utilizado en toda clase de infraestructuras marinas sea, a diferencia del hormigón tradicional, compatible con la vida, tanto de la flora como de la fauna.
El jefe de Grupo de Melchor Mascaró, José Ramis de Ayreflor, ha resaltado la importancia de poder producir “hormigón ecológico biopotenciador” sin alterar los procesos de construcción estándares y añade que “esperamos poder utilizar la tecnología de ECONCRETE en otros proyectos de infraestructura marina”.
El director de Ventas para Europa del Sur de ECOncrete, Paolo Tedone, ha destacado la importancia del hecho de que, por primera vez, una administración exija en una licitación el uso de este tipo de hormigón, y añade que “lo que ha hecho el Gobierno Balear que preside Francina Armengol es un primer paso de algo que acabará siendo habitual en todas las obras en el ámbito marino. No podemos seguir empleando en mares y océanos un hormigón incompatible con la biodiversidad cuando existe una solución que ha demostrado ya su eficacia”.
Efectivamente, la solución desarrollada por esta empresa israelí, fundada por dos biólogos marinos, se ha implantado ya en más de diez países, principalmente en Estados Unidos, con resultados muy satisfactorios, demostrando que existe un camino factible para una infraestructura más sólida que, a su vez, beneficie al medio ambiente; algo muy relevante, teniendo en cuenta las decenas de miles de kilómetros del medio marino que reciben el impacto de dichas infraestructuras. En España se está empleando en proyectos en marcha en los puertos de Vigo y Málaga.
En la licitación aprobada en Baleares para las obras del puerto de Cala Rajada se señala la necesidad de “reducir sensiblemente la intensidad de los impactos negativos sobre el medio marino y, con ello, sobre los recursos pesqueros”. Por ello, en el apartado 6.2.3 se exige como medida compensatoria “el empleo de “hormigón ecológico” en la fabricación de los bloques que conformarán el talud, lo cual incrementará la capacidad de convertirse en un arrecife y su eficacia”.
La otra exigencia novedosa en esta licitación, además del empleo de “hormigón ecológico”, es la plantación de nueva Posidonia Oceánica en una superficie equivalente 1,5 veces la afectada por la ocupación directa, lo que en el caso del puerto de Cala Rajada es una zona de 1,5 x 2.693= 4.000 m2.