Las infraestructuras juegan un papel crucial en la vida cotidiana de las sociedades modernas, por lo que la necesidad de mantener su funcionalidad, eficiencia y seguridad se ha convertido en una prioridad ineludible. Para enfrentar este desafío, se trabaja en la integración de herramientas y tecnologías avanzadas en el análisis y la monitorización. Sensores inteligentes, sistemas de monitoreo en tiempo real, inteligencia artificial (IA) y análisis de big data están desempeñando un papel fundamental en la mejora de la toma de decisiones y la prevención de fallos en una amplia gama de sectores.
Los sensores inteligentes se han convertido en los ojos y oídos de las infraestructuras modernas. Estos dispositivos altamente especializados pueden medir una amplia variedad de parámetros, desde la temperatura y la humedad hasta la presión y las vibraciones. Al colocar estratégicamente estos sensores en puentes, edificios, carreteras y otros elementos, se pueden recopilar datos en tiempo real sobre su estado y funcionamiento. Esta información permite una detección temprana de problemas y la implementación de medidas preventivas antes de que se conviertan en fallos costosos o peligrosos.
Los sistemas de monitoreo en tiempo real amplifican la utilidad de los sensores al permitir a los operadores supervisar constantemente el estado de múltiples activos. Estos desarrollos utilizan interfaces de usuario intuitivas para presentar datos en tiempo real, lo que facilita la identificación instantánea de anomalías o comportamientos anómalos. Un ejemplo es la supervisión de redes eléctricas, donde los sistemas de monitoreo pueden detectar fluctuaciones en el suministro de energía y tomar medidas de corrección automáticamente, minimizando el impacto de posibles apagones.
La acumulación de grandes cantidades de datos a menudo resulta abrumadora para los humanos. Aquí es donde la inteligencia artificial y el análisis de big data entran en juego. Estas tecnologías pueden examinar conjuntos masivos de datos y extraer patrones significativos, identificando tendencias que podrían haber pasado desapercibidas para los analistas. En el contexto de las infraestructuras, esto significa que las tendencias de deterioro en puentes o pavimentos pueden identificarse en etapas tempranas, permitiendo intervenciones proactivas.
La convergencia de sensores inteligentes, sistemas de monitoreo en tiempo real, inteligencia artificial y análisis de big data ha llevado a mejoras significativas en la toma de decisiones relacionadas con la infraestructura. Se pueden tomar decisiones informadas basadas en datos precisos y análisis predictivos, en lugar de depender únicamente de evaluaciones subjetivas. Además, la capacidad de prever fallos antes de que ocurran no solo ahorra costos considerables, sino que también protege la vida de las personas al reducir los riesgos asociados con el colapso de estructuras o sistemas.
El proyecto RosoMachine, en el que ha colaboradoCTCON, es un claro ejemplo de cómo las tecnologías avanzadas pueden marcar una diferencia significativa en las infraestructuras. Este proyecto emplea sensores de última generación para recolectar datos en tiempo real sobre varios aspectos de las infraestructuras terrestre, como tensiones, deformaciones y vibraciones. Los sistemas de monitoreo en tiempo real permiten que estos datos se transmitan y analicen instantáneamente, proporcionando información esencial sobre el estado de la infraestructura.
En otros proyectos de CTCON se demuestra la viabilidad de las nuevas herramientas de control en la gestión: concretamente en Healthy Building empleamos sensores y análisis avanzados para mejorar la calidad ambiental en edificios, en BIMVet3 fusiona el Modelado de Información de Construcción con tecnologías innovadoras para optimizar la planificación y el control de proyectos de construcción y al igual que en el proyecto Digilab, trabajamos en la trasferencia de conocimiento con estas nuevas herramientas. Estos proyectos ejemplifican cómo la tecnología está transformando la forma en que controlamos y gestionamos.
Las herramientas descritas están mejorando la toma de decisiones y la prevención de fallos, allanando el camino para un futuro donde nuestras infraestructuras sean más seguras, eficientes y confiables que nunca. Sin embargo, es esencial abordar los desafíos y consideraciones éticas para garantizar que esta transformación tecnológica se lleve a cabo de manera responsable y beneficiosa para la sociedad en su conjunto.